“La distancia física genera distancia emocional”
María Luisa Ferrerós, autora del libro “Dame la mano”
A pesar de que los hijos pre adolescentes y adolescentes expresen que ya no quieren abrazos, besos o cualquier demostración de afecto de parte de sus padres, los necesitan más que nunca.
Los abrazos expresan cómo se sienten los hijos y los padres, no necesitan palabras, significan, aquí estoy, te quiero y te voy a acompañar, estoy orgulloso (a) de ti, gracias, etc. Es importante recordar que las demostraciones afectivas también son parte del lenguaje no verbal, y cuando los hijos son adolescentes se vuelve una herramienta indispensable.
Los hijos pre-adolescentes (8 a 10 años) y los adolescentes (10 a 19 años) según la OMS, sufren cambios físicos, sexuales, cognitivos, sociales y emocionales, por lo que se pueden presentar diferencias familiares, escolares y en todos los ámbitos en los que se desenvuelven. Y precisamente cuando evitan el contacto físico con los papás, hermanos, abuelos, etc. Lo cual entristece y preocupa puesto que los padres, por lo general, quieren darle amor a sus hijos y muestras de cariño que son rechazados.
Es fundamental tratar de entender que están pasando por muchos cambios y que las muestras de cariño o contacto físico pueden generarles vergüenza, apatía, enojo y/o rechazo. Algunas ideas para mantener el contacto físico con ellos son:
- La buena comunicación, sin forzarla, buscar el tiempo y el espacio adecuado
- Respetar su espacio corporal, para que sienta confianza y pueda acercarse también
- Respeta las actividades que quiera hacer contigo, sin forzar, pero no abandones la oportunidad
- Cambia las muestras de cariño, comunícate por medio de mensajes, muestra interés en sus actividades, juegos, videojuegos, personajes de interés, etc.
El acompañamiento familiar es clave para formar adultos honestos y responsables, modela el respeto, la empatía y el cariño en familia, para que se fortalezca el vínculo del amor.