
La familia influye en el desarrollo socio afectivo de los niñas y niños, ya que los modelos, valores, normas, roles y habilidades se aprenden durante el período de la infancia, la cual está relacionada con el manejo y resolución de conflictos, las habilidades sociales y adaptativas, con las conductas pro sociales y con la regulación emocional, entre otras.
La familia y las pautas de crianza adecuadas facilitan el desarrollo de habilidades sociales y de conductas prosociales en la infancia, por lo cual es importante brindar sensibilización y orientación.
Para el crecimiento personal, la interiorización de valores, las habilidades sociales y la toma de decisiones para resolver conflictos es necesario que la familia establezca normas, así como los recursos y procedimientos para cumplirlas, además, es necesario tener un vínculo afectivo y de comunicación.
El hogar es un espacio facilitador de conductas prosociales. El apoyo emocional (de acuerdo con las normas ya establecidas) es el estilo de crianza más relacionado positivamente con la empatía y con el comportamiento.
Las prácticas de crianza que utilizan los padres se relacionan con los problemas de conducta de los hijos. El afecto negativo predice conducta agresiva, problemas de atención y de comportamiento; el control autoritario predice ansiedad/depresión y el énfasis en el logro predice ansiedad/depresión y problemas sociales. Los problemas de comportamiento aumentan en la medida en que aumentan los conflictos matrimoniales y las prácticas de crianza inadecuadas. Ejemplificándolo, si ambos padres no acuerdan el método de crianza a seguir, esto puede ocasionar desconcierto en el niño(a) al no tener una total claridad de que normas debe de atender.
El apoyo, el afecto y las interacciones apropiadas ayudan al desarrollo cognitivo y psicosocial durante la infancia. Los estilos permisivos y autoritarios mantienen una relación con el desarrollo cognoscitivo y emocional, pudiendo generar en adolescentes problemas de bajo rendimiento escolar, dificultades en la comunicación, hostilidad, depresión, mentiras frecuentes y conductas transgresoras. Por lo tanto, se deben orientar las estrategias de prevención en la familia y generar espacios para desarrollar habilidades sociales y conductas prosociales en otros contextos.
Bibliografía
Cuervo Martínez, Ángela (2010) Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia Diversitas: Perspectivas en Psicología, vol. 6, núm. 1, pp. 111-121.